El arte de estimular los sentidos, una terapia alternativa
Desde épocas remotas, los griegos usaban la cromoterapia (el
color en función de recuperar la salud del hombre), para estimular la sanación
en procesos de enfermedad, desequilibrios emocionales, y estados de shock emocional.
La cromoterapia, es el arte de poner en función los colores
básicos, para estimular siete chacras
que existen como centros de energía en nuestro eje de la columna vertebral.
Estos colores son: el rojo, verde, amarillo, azul, índigo, naranja y violeta;
ellos actúan ejerciendo un estímulo a nivel de dichas chacras, y estas actúan
estimulando los centros nerviosos que guardan relación con órganos vitales de
nuestro cuerpo (hígado, tiroides, páncreas, riñones, corazón, cerebro).
También se habla de que nuestro cuerpo está envuelto de una
energía astral compuesta por estos colores,
ella traduce el estado de salud
general.
Esta energía ya ha podido ser fotografiada mediante un
scanner de energía astral, y daría como resultado, el equilibrio energético de
nuestro cuerpo.
La medicina lo usa como terapia alternativa de dos maneras:
cromoterapia luminosa, y cromoterapia molecular.
Muchos galenos utilizan esta terapia para transformar el
estado de dolor y shock causado por accidentes, y en la recuperación
post-quirúrgica. También para combatir estados anímicos.
Desde el siglo pasado se retoma esta tendencia naturista
para añadirla a otras como la aromaterapia o el uso de aceites esenciales de
plantas medicinales (como el de jazmín de cinco hojas, el tomillo y el romero),
para entre ambas hacer una estimulación
del sentido del olfato, la vista, y la
percepción mediante el tacto. Usado en balnearios y centros de rehabilitación,
la combinación de ambos.
Muchas
veces hemos experimentado al percibir el olor de una flor, llega a nuestra mente de forma simultanea la
imagen de un ser querido, el cual lo hemos asociado con esa fragancia, aun
después de muchos años.
La propia naturaleza tiene en la alimentación los vegetales,
frutas y hortalizas que mediante su color verde, amarillo, o rojo nos estimulan
la fotosíntesis, o la inducción de sustancias precursoras de otras tan
necesarias para mantener la vida, como lo son las vitaminas, elementos claves
en la síntesis de todo el metabolismo humano.
Existen dos colores el blanco y el negro, su contraposición
constituye el equilibrio energético, (ying/yang) según la medicina asiática, el equilibrio perfecto
para alcanzar el estado óptimo de salud.
Blanco (yang) la luz, la paz, la reflexión, la claridad,
contempla todos los colores, y bajo su influjo, se logra recuperar energía
positiva.
Representa la vida, la salud, la energía en su máxima
exponencia, sosiego, calma y optimismo.
Negro (ying) es la oscuridad, la noche, lo místico, la raíz
de lo terrenal desconocido, negatividad, recibe y recoge toda la energía
negativa. Pasivo, abstracto, símbolo de elegancia, asociado a la noche y sus
misterios.
La máxima expresión de la cromoterapia en la naturaleza esta
en las praderas, el mar, las flores…,
mezclar su color, con la fragancia de las flores y plantas con propiedades esenciales (lavanda,
tomillo, azahar), hace que sea la combinación perfecta para sentirse relajado,
recuperar el equilibrio psicosomático, y sentirse a gusto con nuestra propia
energía, en cualquier momento de la vida, pero más aún si ésta, se ha visto
afectada por un proceso de enfermedad o desajuste psicológico.
Es
importante apoyarse en la ayuda del médico, pero también es muy importante,
tratar nuestro campo astral o energético. De ser posible con los propios
recursos que la madre natura nos ha dado.