Relación entre el cáncer y la alimentación



 La alimentación es uno de los pilares fundamentales para la prevención del cáncer.




Las frutas y verduras son un elemento importante en una dieta sana y equilibrada tanto si forman parte de la comida principal o como aperitivo. Nos aportan vitaminas, minerales, fibras y sustancias fitoquímicas, que son potencialmente beneficiosos para nuestra salud.



ensalada
Estudios epidemiológicos han demostrado que el alto consumo de frutas vegetales y legumbres está vinculado al menor riesgo de enfermedades crónicas; entre las que se encuentra las enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, y algunos tipos de cáncer por ejemplo de boca, faringe, laringe, esófago, estómago y pulmones.



En la medida de lo posible, debemos cambiar el modelo de alimentación e incluir alimentarse de agricultura ecológica libre de pesticidas, elija alimentos orgánicos. También podemos incluir suplementos alimenticios para mediar las deficiencias de vitamínicas, minerales y oligoelementos, aunque tomar dosis mayores a lo que el cuerpo necesita no ofrece ningún beneficio adicional.



La mayoría de las carnes procesadas como el beicon, salchichas y perros calientes contienen preservativos químicos para que luzcan frescos y apetitosos. El nitrito de sodio y el nitrato de sodio aumentan significativamente el riesgo de cáncer.


De acuerdo con la Sociedad Americana del Cáncer, una de cada tres muertes de cáncer en Estados Unidos estará vinculada al exceso de peso corporal, pobre nutrición y/o inactividad física.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer  señalan que las bebidas azucaradas, los “snacks”  de alta densidad energética y la “comida rápida”, todos ellos ultra-procesados, contribuyen a  la obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y varios cánceres.


Un alimento ultra procesado es aquel que ha pasado por múltiples procesos de industrialización, dos ejemplos de los cuales son los cereales listos para consumo y las hamburguesas industriales. Por lo general estos productos son altamente publicitados, y no se sabe exactamente de qué están hechos a simple vista, ya que son conglomerados de múltiples ingredientes, aditivos, conservantes, colorantes, entre otros.

Comida chatarra

No es necesario convertirse en un vegetariano estricto sino, como en todo, evitar los excesos. Hay que cambiar los hábitos y seguir una dieta balanceada”.

Sustancias químicas a evitar para prevenir el cáncer:


La dioxina es un compuesto toxico de desecho, que puede ser producido en diversas circunstancias. La más común es la que se genera a temperaturas muy bajas, de desperdicios que contienen cloro (productos químicos, gasolina con plomo, plástico, papel o madera); otra es el proceso de fabricación de algunos pesticidas, conservantes, desinfectantes o componentes del papel y también se genera en procesos naturales como en los incendios forestales o en la erupción de volcanes.


 En la actualidad se está estudiando la “probabilidad” de que esta toxina pueda producir una considerable disminución en la fertilidad; endometriosis (lo que puede causar dolor pélvico y menstrual e inclusive infertilidad); cambios en el sistema inmunitario; malformaciones en los recién nacidos; problemas en el sistema endocrino y diferentes tipos de cáncer.


Como la dioxina se encuentra en el medio ambiente y a pesar de que aún no existe ningún efecto ciento por ciento comprobado, no hay que descartar que se puedan producir a largo plazo. En todo caso, nunca está de más prevenir y no exponerse a riesgos innecesarios.


El calor del microondas pudiera liberar algunas dioxinas en ciertos envases de plástico, no todas ellas son dañinas, pero para evitar cualquier riesgo, es aconseja utilizar envases de vidrio o cerámica para calentar o preparar alimentos en el microondas, y sólo aquellos novedosos envases de plástico que se han diseñado específicamente para su uso en estos electrodomésticos, así evitaremos la posible contaminación por dioxina.




La acrilamida es una sustancia química que se crea de forma natural en productos alimenticios que contienen almidón durante procesos de cocción cotidianos a una temperatura superior a 120 grados centígrados (248 grados Fahrenheit)

carne con glicidamida producto de la carbonización


Se forma principalmente gracias a los azúcares y aminoácidos (sobre todo, la asparagina) que están presentes de forma natural en muchos alimentos. El proceso químico que causa esto se conoce como la reacción de Maillard, que también oscurece los alimentos y afecta al sabor.



La glicidamida es obtenida por el cuerpo al metabolizar el hígado la acrilamida.
Un estudio alemán ha confirmado que la glicidamida también se genera en la preparación de fritos a altas temperaturas. Al igual que la acrilamida, esta sustancia supuestamente cancerígena se produce a partir de que el aceite supera los 120 grados centígrados, aunque las concentraciones realmente peligrosas se cree que empiezan a partir de los 180 grados. La consigna es dorar, y no carbonizar.




papas fritas
 Los científicos  analizaron diez tipos de patatas fritas de bolsa o "chips", tres tipos de patatas listas para freír y patatas fritas al estilo casero, hallaron glicidamida en concentraciones entre los 0,3 y los 1,5 microgramos por kilogramo, mientras que las de acrilamida era de 300 a 600 microgramos por kilo. A pesar de la diferencia de las cantidades, los científicos han evaluado que la presencia de la glicidamida es significativamente más peligrosa para la salud humana que la de la acrilamida.

Consejos para disminuir la formación de acrilamida en los alimentos en nuestra casa:

Reducir al máximo los tiempos de cocción.

Dorar los alimentos, no dejar que se tuesten demasiado.

Los alimentos asados o fritos en trozos grandes y gruesos contienen menos acrilamida.

En las galletas y pastas barnizarlas con huevo o yema de huevo evita en cierta medida la formación de acrilamida.

Si hacemos patatas fritas en el horno, repartir por la placa homogéneamente y sin apilar. Hornear en tandas de por lo menos medio kilo por cada placa para que no se sequen las patatas.

Cambiar nuestras preferencias y consumir café natural en vez de torrefacto.

Emplear siempre que podamos el hervido en vez los procesos de cocción a altas temperaturas.

Evitar recalentar en el microondas alimentos ya fritos anteriormente.

Si usamos freidora controlar siempre la temperatura de su termostato, evitando las posiciones máximas.

Es cierto que va a ser imposible erradicar totalmente la acrilamida en nuestros alimentos, pero sí que la podemos limitar.

Unos buenos hábitos en la cocina pueden ayudar en gran medida a conseguir unos alimentos hidrocarbonados más sanos y seguros.

reducir la exposición de acrilamida en casa